Los ocho condenados por asesinar a Fernando Báez Sosa a golpes la noche de 18 de enero de 2020 a la salida de un boliche en Villa Gesell regresaron a la alcaldía de Melchor Romero luego de darse lectura al veredicto condenatorio.
Fuentes dignas de todo crédito dejaron trascender que la población carcelaria los recibió con gritos poco amistosos, siendo por ello que hasta la determinación del destino definitivo de cada uno de los asesinos, permanecerán bajo la órbita del Resguardo de Integridad Física (RIF), que es un dispositivo para evitar ataques de otros presos.
Vale señalar que el Servicio Penitenciario Bonaerense es, básicamente, el responsable final de sus vidas y su seguridad y nadie querría un escándalo de esta magnitud.
En ese contexto, Ciro, Luciano y Lucas Pertossi, Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli pasaron la primera noche como condenados en distintas celdas individuales.
Tras llegar a Melchor Romero los visitó un médico para constatar el estado de cada uno en el ingreso.
En los próximos días retoman la vida que tenían antes del juicio: podrán ir a trabajar la huerta, el talles que más les gusta a la mayoría, y hacer gimnasia en el patio, tal como lo hicieron durante casi tres años.
También el próximo jueves recibirán la visita de sus familiares, que les llevarán comidas y pertenencias.
Cuentan con acceso a un celular, habilitado desde la pandemia para presos, aunque tienen solo uno para los 8 y esto solía ocasionar peleas.
Sin embargo, no se quedarán en este lugar. En Melchor Romero podrán quedarse algunos días, semanas o un mes. Están evaluando a dónde enviarlos, si van juntos o separados y en tal sentido se baraja la posibilidad que los condenados a perpetua sean trasladados a las unidades penales de Sierra Chica, Urdampilleta y General Alvear que son cárceles de máxima seguridad ubicadas en el interior bonaerense mientras que el resto podría ser distribuido en los complejos penitenciarios de Campana y San Martín respectivamente.-
