Los colegios privados se han visto fuertemente afectados a raíz de la crisis económica y la suspensión de las clases presenciales. Han perdido alumnos, las recaudaciones se derrumbaron y prevén un panorama dificultoso para el próximo año.
Se dio a conocer que el 70% de las escuelas privadas del país está analizando un cierre parcial o definitivo. Es decir, reducir cursos por las deudas que afrontan o, en algunos casos, cerrar el colegio.
Por la magnitud de la crisis en el sector, las escuelas en principio planifican reducir su personal para el 2021. Según los informes parciales realizados indican que 1.737 auxiliares y 1.456 docentes podrán perder su trabajo.
“La encuesta fue solo respondida por el 35% de las instituciones”. Por ende, se proyecta que los puestos laborales que están en riesgo de perderse son aún mayores”, alerta el informe.
El aviso del cierre definitivo del Instituto French, un colegio emblemático de Ramos Mejía, sacudió al sector. Las autoridades argumentaron que la pandemia llevó a su economía a “un límite sin retorno”.
Las 500 familias pertenecientes a esta comunidad educativa se enteraron de la decisión a través de un mail, y decidieron movilizarse hacia el colegio e iniciaron una colecta de firmas para que el Estado ayude a la institución.
Situación en la Provincia de Buenos Aires
Los colegios privados de la provincia de Buenos Aires son los que atraviesan la situación más difícil. “Desde el mes de abril que venimos alertando de los problemas del sector. Hemos solicitado la colaboración de todos los actores de la educación. Aula o institución que desaparece es un niño, niña o adolescente que pierde vínculos y raíces”, contó Martín Zurita, secretario ejecutivo de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires (AIEPBA-JUNEP).
En los 6.000 establecimientos bonaerenses cursan más de un millón y medio de alumnos. A su vez, esta semana, se anunciaron dos cierres de servicios: el Instituto Stella Maris de Moreno descontinuará su nivel secundario, y el Colegio Santo Tomás Moro de La Plata hará lo mismo con la primaria a fin de año.
Los primeros anuncios de cierre se dan mientras la Cámara de Diputados provincial debate un proyecto de “salvataje a los colegios privados”, en el cual analizan una ayuda extraordinaria del Estado y la que ya recibió media sanción en el Senado.
Los legisladores de Juntos por el Cambio acusaron al oficialismo de estar “destruyendo las escuelas privadas por cuestiones ideológicas“. Pero, la actitud del Frente de Todos parece haber cambiado y el proyecto, (con algunas modificaciones) se aprobaría.
Rodolfo De Vincenzi, vicepresidente de la Confederación Argentina de Instituciones de Enseñanza Privada (Caiep), dijo que no cree que los primeros casos de cierres definitivos conduzcan necesariamente a una tendencia, pero sí se observa que el panorama se agrava a medida que pasan los meses.
“No nos llega información de escuelas que vayan a cerrar porque no te lo anticipan. Cuando ya no hay otra alternativa, termina ocurriendo. Las escuelas se encuentran en una situación compleja. Para seguir adelante, acumulan deudas, al igual que los padres con las instituciones y el Estado tiene que aportar más fondos. Es una dinámica en la que nadie gana”, explicó.
Dentro del sector, el nivel más complicado es el de los jardines maternales porque, a diferencia de las escuelas, no recibe ningún subsidio estatal. Más allá de que muchos pudieron agregarse al ATP, sus matrículas se cayeron ante la imposibilidad de las clases presenciales.
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