La segunda ola de coronavirus no sólo sobrepasó la capacidad del sistema sanitario en el Conurbano sino que en la última semana varios distritos del interior vieron crecer de manera exponencial las internaciones en terapia intensiva por casos graves de coronavirus.
Según los datos del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, los primeros 26 días de abril se realizaron 1.940 derivaciones de pacientes de establecimientos sanitarios públicos y privados a otras localidades.
En enero se registraron 1.664 derivaciones totales, en febrero bajaron a 1.423; y en marzo comenzaron a subir alcanzando los 1.744 traslados. De esta manera, se podría cuadruplicar los 538 traslados realizados en abril de 2020 cuando comenzó la pandemia.
Luego, el abrupto crecimiento en la curva de contagios y la circulación de nuevas variantes del virus que produjo un giro hacia la internación de personas más jóvenes, el número de pacientes derivados ascendió a 1.940 en abril.
“En lo que va del mes de abril ya casi se cuadruplican los traslados de pacientes realizados en comparación con abril de 2020, para garantizar la disponibilidad de camas críticas en el territorio bonaerense”, advirtió una fuente cercana al ministro Daniel Gollan.
Para dar algunos ejemplos, las localidades de Balcarce, Coronel Rosales y Suipacha están con su capacidad de internación desbordada, es decir al 100%, y esperan las derivaciones de pacientes con menores complicaciones.
En San Antonio de Areco, de una capacidad de camas de alta complejidad que era de apenas el 42,9% al 16 de abril, la ocupación trepó de manera abrupta al 85,7%.
Pero la situación de desborde que viven hospitales como los de Merlo, General Rodríguez, Ituzaingó o Tigre, que de una ocupación del 75,6% pasaron al 92,7%, entre otros, hizo que estén al borde del colapso.
Por decisión de las autoridades sanitarias, los hospitales que tienen la capacidad de plazas de alta complejidad al 80% deben derivar a los pacientes que están estabilizados a instituciones con camas disponibles.