La rabia transmitida por murciélagos, o zoonosis rábica por quirópteros, es una afección debida a un virus que afecta a animales domésticos y salvajes, propagándose a las personas a través del contacto con la saliva infectada por mordeduras o arañazos.
La rabia es endémica entre los murciélagos que se la contagian durante peleas entre colonias, por medio de mordeduras, atacando el virus en su cabeza, a nivel neurológico y les afecta el sonar, mecanismo por el cual se orientan. Por lo tanto, es necesario extremar precauciones siempre que aparezca un murciélago volando de día, chocándose con objetos, tirado en el piso o “pegado” sobre una pared, ya que existen altas probabilidades de tener y contagiar rabia.
Tanto perros o gatos está expuestos a padecer mordeduras cuando los encuentran en el suelo, al intentar comerlos o simplemente jugar.
Por tal motivo, es de extrema necesidad que nuestras mascotas estén inmunizadas contra la rabia, teniendo en cuenta, además las siguientes recomendaciones, en caso de encontrar un murciélago:
- Dentro de un domicilio: debe aislarse, si está en el suelo taparlo con un balde hasta que muera y comunicarse con la Dirección de Bromatología, a fin de analizarlos
- Aunque parezca muerto, no se debe tocar, procurando alejar a los niños y mascotas del lugar, para evitar la exposición a mordeduras.
- Enseñar a los niños sobre el riesgo de jugar con murciélagos ya que no es habitual que estos animales estén visibles de día o en el piso.
- Si el murciélago mordió a una mascota, ésta debe llevarse de urgencia al Centro de Zoonosis del Municipio o consultar con un profesional veterinario.
- Si la persona fue mordida, debe ser asistida, sin demora en el hospital o en el Centro de salud más cercano.