Estimados Reyes Magos:
“Ante todo debo pedirles disculpas por no haberme comunicado con Uds. en estos últimos años, pero la vida del ser humano es así y por etapas se da.
También es necesario reconocer que nunca me fallaron, ni en la primera etapa, es decir, mi infancia en la que si no me traían lo que había pedido se acercaba mucho a ello, ni en la segunda, la de mis hijos, pues si bien no sobraba, nunca faltaron los recursos para cumplir con sus pedidos.
Después de más de treinta años sin comunicarme con Uds. hoy lo hago y bastante preocupado por la niñez de mis nietos. Están creciendo en un mundo totalmente globalizado, bombardeado permanentemente por ofertas de todo tipo y sin espacios para la imaginación, la creatividad y el valor que tienen las cosas que uno mismo realiza.
Es por ello que me atrevo a pedir en su nombre las siguientes cosas:
1) Un terreno baldío en cada manzana, con algún árbol frondoso y algunos otros más pequeños de mandarinas o naranjas. Un rato será potrero para un partido de fútbol, más tarde una selva para jugar a Tarzán, luego esos árboles se podrían convertir en barcos piratas que navegarían en un mar de pasto, o de pronto sería una llanura si da jugar a los vaqueros. Podrán sentir el placer de comer, encaramados en una horqueta de alguno de esos cítricos, una mandarina o una naranja, que si bien no es de ellos, no se la roban a nadie, pero lo más importante es que les estamos regalando imaginación.
2) Cuatro rulemanes en desuso conseguidos en algún taller mecánico de la zona, algunas tablas viejas y un trozo de piola bien resistente a fin de que con la ayuda de su padre o bien de la mía, construya con sus propias manos su carrito de bolilleros. De esta manera les acercaremos la felicidad de sentir que son capaces de crear por si mismos, pero lo más importante es que les estamos regalando creatividad.
3) Dos trozos de caña, algunos papeles afiches, un rollo de hilo choricero, algún trapo viejo y algo de harina y agua (para el engrudo), así podremos construir un hermoso barrilete con forma de estrella o rombo, que finalmente remontaremos y que desde lo alto del cielo nos saludará movido por el viento. Así les estaremos brindando un contacto con las formas, pero lo más importante es que despertaremos en ellos su capacidad lúdica.
4) Cuatro bolitas: una lecherita, aquellas de la puntería; una japonesa, aquellas de las lujosas, un marmejo, aquellas pobretonas hechas simplemente de barro cocido y por último un potente “acerito”, aquellas que salían de rulemanes rotos y que eran temidas por su fuerza. En un limpión del terreno haremos un hoyo con el taco del zapato y jugaremos al “hoyo y quema”. Será un verdadero placer estar con ellos de rodillas en la tierra, jugando, mientras las bolitas giran buscando el pocito o logrando una quema, pero lo más importante es que les estaremos enseñando el sentido de igualdad.
5) Finalmente quisiera que me traigan la película “La Era del Hielo” para entender que sin violencia, uno se puede divertir, y además aprender la importancia de la perseverancia en la ardilla Scrat, el compañerismo entre Sid y Manfred y el arrepentimiento de Diego y finalmente la amistad entre todos, la que miraremos juntos, abrazados, aprendiendo así el sentido de la vida.
Creo que con estas cosas que hoy les pido, de alguna manera cambiaremos la niñez de mis nietos y les enseñaremos, en contra de este mundo en que todo viene hecho, que: la verdadera felicidad no está en la meta, si no en el camino que recorremos para llegar a ella.
Les escribo en facebook, pero también les mando esta carta por correo por el caso de que ustedes no manejen computadora.
Desde ya, muchas gracias y no olviden de envolver todo para regalo.
Un saludo muy grande
Carlos Ernesto Pieske
Abuelo de este Chascomús lagunero