APACH Chascomús, emitió un comunicado en relación a la suspensión de los operativos de castración que efectuaba la entidad. Los motivos se deben a la denuncia de un veterinario local al Colegio de Veterinarios, por practicarse tal actividad en establecimientos no habilitados para ello.
Inesperadamente, señalaron desde la entidad chascomunense, la denuncia derivó en la presentación de cargos contras el Municipio por haber autorizado el operativo de castración que se efectuó en la EET nº 1.
El texto del comunicado, transcripto literalmente, consigna lo siguiente:
“Durante el operativo (el N° 30 que realizamos junto a profesionales de FUNDACO) del pasado 11 de marzo realizado en sede de la EET N° 1 (Escuela IndustriaI) recibimos inspección del Ministerio de Agroindustria a raíz de una denuncia realizada por un veterinario local al colegio de veterinarios.
La denuncia fue directamente en contra de nuestra Asociación, y en detrimento de nuestra tarea, con la clara intención de evitar que se realicen operativos de Control Ético Masivos para Controlar la superpoblación animal.
Concretamente se nos imputó infracción al Art. 1 de la Ley 10526 acerca de la necesidad de habilitación de todo establecimiento donde se ejerza la medicina veterinaria, e infracción a la Ley 11347 acerca de la manipulación de residuos patogénicos.
Debido a contar APACH con el aval y permiso municipal para realizar el Operativo, y debido a que el mismo se desarrolló en un establecimiento educativo, la denuncia tuvo una derivación inesperada, recayendo los cargos contra el municipio.
A este respecto lo que consideramos más preocupante es la falta de conciencia general acerca de la necesidad de tomar medidas reales y concretas para hacer frente a la problemática de la población de fauna urbana, un asunto que va mucho más allá del “amor a los animales” y que se vuelca de lleno en un tema de Salud Pública y bienestar social.
En los 20 y tantos años que APACH tiene de existencia, desde sus diferentes comisiones venimos luchando contra la carencia de políticas públicas, contra el desinterés de los funcionarios de turno, contra la falta de compromiso social de profesionales veterinarios, contra la apatía de vecinos, y contra nuestro propio cansancio de no lograr conseguir que se otorgue real dimensión a la cuestión y ser testigos cotidianos e impotentes del sufrimiento de tantos seres.
Hoy por hoy, y dado la situación planteada, hemos tenido que suspender las fechas ya programas de Operativos, los cuales iban a sucederse este año como lo veníamos haciendo desde el año 2011, cada 2/3 meses.
Mientras tanto, perras y más perras siguen entrando en celo ante la mirada indiferente de sus dueños (de tenerlos, claro). Perros con y sin dueños siguen sirviendo libremente a estas perras y más y más cachorros siguen naciendo para terminar algunos de ellos, -lamentablemente nos consta que los menos-, felizmente adoptados, otros muchos de ellos semi domiciliados sin ser cubiertas sus necesidades básicas y otros tantos abandonados.
Seguiremos en nuestra lucha cotidiana, y seguiremos, ahora más que nunca, exigiendo que el control de la población de fauna urbana sea considerado como lo que es: una problemática socio ambiental, una cuestión de estado.”