En la noche de la víspera, fueron requeridos los auxilios de los Bomberos Voluntarios de Castelli por un incendio vehicular que se producía en el kilómetro 185 de la Autovía 2.
Bajo alarma pública concurrieron dos dotaciones, pero al arribar al sitio indicado no hallaron el siniestro por el cual se solicitó la ayuda.
Los servidores públicos recorrieron varios kilómetros más, ante la presunción que podría haber un error en el lugar donde eventualmente podía haber ocurrido el supuesto incendio pero no encontraron absolutamente nada.
Obteniendo un resultado negativo y comprobando que se trató de una “falsa alarma”, las dotaciones y efectivos retornaron al Cuartel.
Sin dudas, quien realizó el llamado, poco tuvo en cuenta los riesgos que su “viveza” generó en tan solo minutos, ya que ante situaciones como esta se moviliza un operativo que ocupa unidades y personal, así como genera gastos importantes de movilización.
Esto no solo es tiempo perdido, sino riesgo personal para quienes acuden a la supuesta emergencia y riesgo a terceros, que en caso de sufrir un verdadero accidente, se verán demorados en su asistencia, ya que las unidades están ocupadas en una falsa denuncia, razón por la cual es importante que se tome conciencia del mal que se puede generar.