“¿Cuándo nos acostumbramos a que todos roban, mienten, y todos salen ilesos?”: la carta de Alejandro Lerner

Hernán Martin

En su programa radial “Alguien tiene que decirlo”, Eduardo Feinmann compartió la carta que le mandó Alejandro Lerner tras viajar por Europa.

El duro texto del cantante.

El músico arrancó diciendo: “Hace rato que algo en mí me viene haciendo ruido, sobre todo después del viaje por España y por Israel. Transitar por un país que vive en guerra esperando los misiles tiene un costo, y eso se siente”.

Alejandro aseguró: “El enemigo es real y es un país chiquito con un alma enorme. Conviven con un estado de alerta y de supervivencia, que los obliga a tener sus prioridades en orden y al acecho”.

Lerner fue muy sincero: “España es lo que Argentina podría ser, un país hermoso con un idioma cercano- lo cual es un alivio siempre-, la comida, las calles, la arquitectura, todo es familiar. Pero la gran diferencia que yo he sentido es que se puede vivir en un clima de tranquila normalidad y convivencia”.

El cantante explicó: “No hay olor a miedo en las calles, un comentario que me llamo la atención. Aquí te pueden hurtar pero no te van a matar o agredir físicamente para robarte, y esa es una sensación que se respira y se comparte”.

El artista fue directo: “Viajé en el tren bala, una promesa con la que nos han venido chicaneando por décadas. Allí es una realidad constante e incorporada”.

Según el músico: “La gente trabaja y el progreso es un destino cierto. Escribo por que no puedo dejar de hacerlo. Progreso, una palabra ya extinguida en los discursos de los que tienen y desaprovechan el poder; y la responsabilidad y los que quieren llegar y tienen el colmillo hambriento por seguir pegándole otra mordida a la torta que a todos nos pertenece”.

Durísimo, Alejandro dijo: “La diferencia de un país del llamado Tercer Mundo y los de el primero es la conciencia. Conciencia que trabajando se llega y se crece. Que hacer las cosas bien es mucho mejor que hacerlas mal. Que mentir, robar y hacer daño se paga. La justicia no son solo las personas: son las leyes y entre todos hemos acordado cumplirlas y defenderlas”.

El artista se preguntó: “¿Cuándo fue la ultima vez que alguien dijo progreso? ¿Cómo llegamos a esto? ¿Cuándo fue que nos acostumbramos a que todos roban, todos mienten, y todos salen ilesos?“.

Lerner expresó: “¿Cuándo fue que el porcentaje de pobreza nos duele menos que el porcentaje de humedad? Lo grave es saber que nuestro querido país no es pobre, es un país empobrecido. Y nuestra pobreza es moral, no es económica. Nuestra riqueza es incalculable, como nuestra ignorancia“.

Alejandro reconoció: “Soy ateo de la política , porque creo fervientemente en Dios, y no veo a ningún político hablando de Dios ni siquiera mostrando algún tipo de vergüenza por sus acciones ante la mirada de algo mayor a nosotros mismos”.

El músico se preguntó: “¿Cómo alguien puede entender la pobreza, si tiene autos, choferes, sueldos insultantes, y un nivel de comodidad y de protección que solo la opinión pública y luego la Justicia podrían desnudar?”.

Lerner fue frontal: “Yo quiero que mi país cambie. Yo quiero que mi país crezca. Yo quiero no pensar en inseguridad, muertes, miedo, como algo normal. No, mis queridos, no es normal”.

Y agregó: “No es normal que mueran colectiveros, que ataquen mujeres mayores o embarazadas, no es normal. Y nosotros lo estamos normalizando”.

Alejandro reconoció: “Yo tengo hijos, no quiero huir. Sí, voy a viajar, aprender y seguir empujando por extender mis horizontes personales y profesionales. Pero no quiero huir. No sigamos desaprovechando nuestra democracia con la excusa de que no podemos hacer que las cosas cambien. Hay demasiado dolor y frustración acumulada”.

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