Hay una nueva tendencia que se está empezando a ver en diferentes ciudades del mundo.
Miles de personas están tomando sus bufandas viejas, o las están haciendo con sus propias manos, para después atarlas alrededor de la base de los árboles o de los postes de luz.
Estas bufandas están siendo generosamente dejadas para personas sin hogar que están expuestas a las frías (y peligrosas) temperaturas del invierno.
Las calientes bufandas son gratis para cualquier persona que las necesite y puede proporcionar un aislamiento muy necesario en los días de mucho frio.
En algunas bufandas incluso se dejan mensajes como éste:
“¡NO ESTOY PERDIDA! POR FAVOR, LLeVAME CONTIGO SI TENÉS FRÍO. MANTENDRÉ EL CALOR. ¡DIOS TE BENDIGA!”
Está claro que las personas que dejan estas bufandas realmente se preocupan por los que más lo necesitan.
Algunas personas involucradas en el proyecto, como Elizabeth Sammons, hacen en su casa ellas mismas sus propias bufandas.
Sin duda esta pequeña acción es un gran aporte para que buena parte de las personas sin hogar no sufran tanto el crudo frió del invierno.