Cada vez son más los argentinos que buscan vivir en Uruguay

Sofía Martínez

Luego de las elecciones del año pasado, muchos ciudadanos están eligiendo mudarse a otros países como opción para una vida nueva. Es así que cada vez más argentinos están “cruzando el charco”, como decimos comúnmente y se instalan en Uruguay.

“Cuatro de cada cinco operaciones que yo realizo son de argentinos que vienen para instalarse por lo menos seis meses. Esto no se ha ocurrido antes”, cuenta Alejandra Covello, dueña de la inmobiliaria Covello Propiedades. “Y yo, que venía con la idea de quedarme en Uruguay, me terminé de decidir en la pandemia y desde hace 45 días me instalé en Punta del Este con mi marido y mis hijos”.

Covello explica que “sufrí mucho la cuarentena en Buenos Aires, básicamente lo más duro fue que me prohibieran trabajar. Era inadmisible que no nos permitieran firmar un boleto de compra o de venta y se han echado a perder muchas operaciones. No soy una persona politizada, más bien todo lo contrario, pero en la Argentina es difícil todo y cuando te coartan la libertad es peor”.

Por otra parte, cuenta como van viviendo los primeros días: “acá nos cuidamos, pero hacemos todo: trabajamos, salimos a comer, vamos al gimnasio, mi hijo menor arrancó la escuela en jornada completa, se pueden hacer deportes al aire libre. Siempre con todos los protocolos, quiero dejarlo bien en claro, son muy rigurosos acá, pero está todo habilitado“.

Covello remarca que realiza “una vida normal dentro del contexto de pandemia, no como en Argentina. Y lo digo con dolor, con vergüenza y con culpa, me da culpa haber venido y haber dejado todo, mi lugar y gente querida. Estoy muy conectada con lo que pasa allá y entiendo por qué está viniendo cada vez más gente al Uruguay. El exceso de legalidad me parece que se torna ilegal”.

El cansancio y el disgusto por la situación política y económica actuales está haciendo pensar a muchos argentinos en emigrar a Uruguay. Los casos famosos conocidos son los de Susana Giménez, Oscar González Oro, quienes forman parte de una gran masa de compatriotas que buscan otro futuro.

Según informaron medios uruguayos, en los últimos meses crecieron los pedidos de argentinos para tener residencia en Uruguay. Claro que, se da en un contexto promovido por la propia república oriental, desde el anuncio de su presidente Luis Lacalle Pou, cuyo objetivo es tratar de aumentar el tamaño de la población y facilitar la entrada de residentes extranjeros.

La nueva administración busca atraer entre 50.000 y 100.000 extranjeros en sus 5 años de gobierno, con un fuerte énfasis en grandes y pequeños empresarios argentinos los cuales se ven afectados por los vaivenes económicos de nuestro país.

Algunas opiniones de quienes han decidido ir a Uruguay

Ni en pedo me vuelvo”, dice con humor Gregorio Medina (39), trabaja en el ambiente educativo, en un barrio humilde Montevideo. “Acá hay que laburar, hay que arremangarse, pero es otra vida, siempre lo fue y ahora mucho más. Yo veo por tele lo que pasa en Argentina y es de locos, no se puede vivir así, ahora entiendo por qué se quieren venir mucha gente”.

Si bien Medina se fue hace ya varios años, advierte que “hay mucho movimiento de argentinos en la ciudad, te das cuenta rápido por su manera de hablar, gestos ampulosos, además de que se ven un montón de autos con patentes argentinas. Creo que la gente, por lo que dicen, es que ya no se aguanta la tensión imperante, el odio, las luchas de poderes, aspectos que en Uruguay son mucho más light”.

Estoy cansado de dejar la vida en este país sin poder cosechar nada, ni una satisfacción. Necesito otra realidad, estoy en el codo de mi vida, tengo tres hijas y una mujer y tenemos urgencia de vivir mejor. Acá está claro que no podemos. Son los mismos problemas de hace años y cuando te despertas te encontras con algo peor”, cuenta con angustia Ignacio García (40), profesor de Literatura.

“Estoy dispuesto a irme solo y probar seis meses. Sé que será duro, pero lo hablé con mi familia y me apoya. Yo estuve averiguando y sé que en el campo educativo tengo muchas chances”.

Con dos hijas de 12 y 9 años a las que ve angustiadas y deprimidas, García está dispuesto a buscar mejores posibilidades para su familia. “Yo soy de San Martín y me mudé a San Fernando para ganar en calidad de vida, pero ahora resulta que días atrás nos enteramos de que aquí cerca empezaron con las tomas de terrenos, algo que realmente me da miedo”.

​A su vez, García cansado de las peleas políticas dice: “esta pelea entre el Gobierno Nacional con la Ciudad de Buenos Aires, es insólito. No aprendemos más, lo único que se les ocurre es ver cómo nos agregan más impuestos… Realmente no hay una bocanada de aire fresco por ningún lado y estar convencido de irme es un divorcio, pero un divorcio traumático que yo no provoqué. ​Somos muchos los que nos sentimos empujados a irnos en busca de un lugar previsible y tranquilo. ¿Es mucho pedir?”.

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