Alquileres en marzo de 2025: ¿Conviene firmar un nuevo contrato o mantener el ajuste por ICL?

El mercado de alquileres en Argentina ha experimentado cambios significativos en los últimos años, especialmente tras la derogación de la Ley de Alquileres en diciembre de 2023. Esta situación ha generado diversas modalidades de ajuste en los contratos, lo que impacta directamente en el bolsillo de los inquilinos. A continuación, analizamos las opciones disponibles y cuál podría ser la más conveniente en el contexto actual.

Modalidades de ajuste en los contratos de alquiler

Tras la derogación de la Ley de Alquileres, se han implementado diferentes métodos de ajuste en los contratos:

  • Ajuste por Índice de Contratos de Locación (ICL): Utilizado en contratos firmados bajo la legislación anterior, este índice combina la inflación y la variación salarial, resultando en incrementos anuales significativos.
  • Ajuste por Índice de Precios al Consumidor (IPC): Con la libertad contractual actual, muchos acuerdos se actualizan trimestralmente según la inflación medida por el IPC.

Impacto de los ajustes en marzo de 2025

En marzo de 2025, los contratos ajustados por ICL experimentarán un aumento del 149,34%. Esto implica que un inquilino que pagaba $400.000 mensuales pasará a abonar aproximadamente $997.360. En contraste, los contratos ajustados por IPC tendrán un incremento del 7,3% en el mismo período, elevando un alquiler de $500.000 a $536.500.

Consideraciones para inquilinos con contratos vigentes

Para quienes tienen contratos vigentes ajustados por ICL, es esencial evaluar si conviene mantener el contrato actual o renegociar uno nuevo bajo las condiciones actuales. Aunque los ajustes por ICL son elevados, algunos expertos sugieren que, en ciertos casos, podría ser beneficioso continuar con el contrato vigente, especialmente si se prevé una estabilización o disminución de la inflación.

En resumen, la decisión entre mantener un contrato con ajuste por ICL o firmar uno nuevo con ajuste por IPC depende de múltiples factores, incluyendo la situación económica personal, las expectativas inflacionarias y las condiciones específicas del mercado inmobiliario local. Es recomendable analizar detalladamente las opciones y, de ser posible, buscar asesoramiento profesional para tomar la decisión más adecuada.

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