Alberto Fernández defendió el uso del lenguaje inclusivo y se confundió de “garganta”

Francisco Díaz

El Presidente Alberto Fernández participó del lanzamiento del III Foro Mundial de Derechos Humanos que se desarrollará en la ciudad de Buenos Aires en mayo del año próximo, y terminó convirtiéndose en tendencia en las redes sociales, por dos insólitos errores.

Es que primero intentó hablar en lenguaje inclusivo, y él mismo dudó de cómo lo estaba haciendo, y llamó a la agrupación que realiza la revista La Garganta Poderosa, como “La Garganta Profunda” (este es el nombre de una película para adultos de los años 70, pero también el pseudónimo con el que se conoció al informante secreto del caso Watergate, el escándalo político más grande de los Estados Unidos).

Durante su discurso, el jefe de Estado aprovechó la oportunidad para hablar del lenguaje inclusivo, un tema que se puso en agenda en los últimos días, luego de que en Capital Federal se prohibiera que en las escuelas se utilicen en documentos oficiales y que los docentes enseñen contenidos curriculares escritos con lenguaje inclusivo.

En este sentido, Alberto Fernández afirmó que el lenguaje inclusivo “no es un problema de idioma” y que “hace a la vigencia de los derechos humanos”. Fue así que dijo: “Para que todos se sientan interpelados”, y frenó para repetirse utilizando el lenguaje inclusivo: “Para que todes se sientan interpelades, ¿está bien dicho?”.

Tras esto, el otro error de Alberto se dio más adelante, cuando hizo mención a Ignacio “Nacho” Levy, referente de la publicación la Garganta Poderosa, la cual se realiza en la Villa 31, y también dirigente de una agrupación territorial.

“Ahí veo al compañero de Garganta profunda”, expresó Fernández, señalando a Levy. El error motivó la risa de los presentes y, pasado un momento, Fernández rectificó lo que había dicho: “Profunda no, poderosa”. Sin embargo, agregó: “Pero profunda también, porque la verdad es que nos enseñaban en esas revistas muchas cosas que eran ocultas por otros medios”.

Con el correr de los minutos, ambos furcios coparon las redes sociales y los twitteros pusieron a trabajar su ingenio para los clásicos memes.

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