En los últimos días hubo muchas denuncias advirtiendo la presencia de víboras Yarará en muchos campos comprendidos en la Bahía de Samborombón.
Tal como lo publicó INFOZONA, en la zona rural del partido de General Lavalle, dos caballos murieron tras ser mordidos por esta clase de reptiles.
Recientemente, pescadores que visitaban la zona del Canal 15 en el distrito de Castelli fueron sorprendidos por ejemplares de gran tamaño de yararás y así lo denunciaron a través de las redes sociales.
Por tal motivo se recomienda a la población que se adopten los máximos recaudos al circular por pastizales en esta época del año.
En caso de accidente se debe trasladar al paciente al Hospital o una institución asistencial lo más rápido posible (dentro de las 6 horas) donde se le deberá realizar inmediatamente una evaluación clínica y un estudio de laboratorio. Si los exámenes arrojan resultados de laboratorio alterados, se confirma el caso y se debe proceder al diagnóstico de gravedad y el tratamiento específico con suero antiofídico en centros de salud.
De la familia de los Viperidae, la yarará es una serpiente que se caracteriza por su alto poder venenoso. También conocida como Víbora de la cruz, y de nombre científico Bothrops alternatus.
Principalmente esta serpiente, se caracteriza por su poderoso veneno, que la hace la víbora más temida en todo el territorio argentino.
Como todas las víboras la estructura de su espinazo y sus vertebras que se encuentran libres le permite dos tipos de movimientos, de modo que este reptil puede contornearse o trasladarse de un modo rectilíneo, la yarará además de estos dos movimientos comunes a todas las serpientes tiene un tercero: el sinuoso lateral. Todo esto también esta facilitado por las placas ventrales que posee, lo cual sumado a las irregularidades de los terrenos donde se mueve, permite un excelente movimiento.
No tiene agudizado el sentido de la vista ni del oído sino más bien que es un reptil sensorial, ya que percibe las vibraciones de la tierra en donde se esté moviendo, además de su lengua que también le transmite información de su entorno.
La yarará, por lo general, tiene hábitos crepusculares y noctámbulos, ya que empieza a salir de caza cuando el sol va cayendo, debido a que es el momento en el que sus presas también salen.
Otra de sus características es ser poiquiloterma, lo que significa que es un reptil de temperatura variable, que está supeditada al ambiente donde se encuentre, sin embargo evita siempre el contacto con el sol.
En época de invierno, cuando las temperaturas son muy bajas, al igual que otros animales, hiberna, reduciendo su actividad a lo menor posible para no gastar energía y así afrontar la temporada invernal. Su cuerpo es grueso, con escamas y la cola es corta, puede llegar a medir hasta un metro y medio, sin embargo las hay de dos tipos: la Yarará Grande y la Yarará Chica.
Tiene en su boca dos dientes superiores que son como agujas comúnmente llamadas hipodérmicas ya que es por allí por donde sale el veneno que pasa a la presa o al hombre al morder. La característica de estos dientes es que al cerrar la boca se mantienen como plegados sobre el paladar de este reptil. Luego para abrirlo se extienden con una suerte de palanca para morder a la víctima y soltar todo su veneno que es obviamente mortal.