Hace 40 años, un día como hoy, se marcó un hito fundamental en la historia de Argentina con las elecciones de 1983, que simbolizaron el regreso a la democracia tras años de autoritarismo.
El 30 de octubre de 1983, millones de argentinos acudieron a las urnas en un gesto de esperanza y cambio después de varios años de régimen militar. Estas elecciones marcaron el retorno a la democracia, y Raúl Alfonsín emergió como el ganador, asumiendo la presidencia el 10 de diciembre de ese año.
Tras la derrota en la Guerra de Malvinas, el régimen militar llegó a su fin. La campaña electoral polarizada se centró en dos candidatos principales: el radical Raúl Alfonsín y el peronista Ítalo Luder.
Con un alto índice de participación ciudadana la jornada estuvo llena de esperanza, especialmente para aquellos jóvenes que tenían la oportunidad de votar por primera vez después de vivir bajo regímenes militares.
Aquellos comicios se realizaron bajo el texto constitucional de 1957, impuesto durante la Revolución Libertadora, que establecía el sufragio indirecto y un mandato presidencial de seis años sin posibilidad de reelección inmediata: el colegio de electores podía evitarse si uno de los candidatos obtenía 301 de los 600 asientos.
Con gran afluencia de votantes, Alfonsín logró quedarse con 345 electores y se consagró de manera automática Presidente electo. Fue la primera derrota del peronismo.
Tras su elección, Alfonsín se reunió con Luder para fortalecer la unión nacional y establecer una transición democrática.
El regreso formal de la democracia se concretaría el 10 de diciembre de 1983, en medio de festejos que desbordaron las calles y abrieron la etapa más larga sin golpes militares en la Argentina.
