En un hito histórico, hace exactamente 40 años, el dirigente radical Raúl Alfonsín se convirtió en el primer Presidente de la etapa democrática contemporánea argentina .
La jornada estuvo marcada por la euforia popular y un discurso que enfatizaba la recuperación de la institucionalidad y el respeto por los derechos humanos.
Después de ganar las elecciones presidenciales el 30 de octubre de 1983, Alfonsín estaba listo para asumir la presidencia tras una extensa transición de 41 días con la Junta Militar saliente. El traspaso de mando, acordado para el 10 de diciembre, coincidió con el 35° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En su discurso ante la Asamblea Legislativa, Alfonsín anunció la derogación de la ley de autoamnistía militar y se comprometió a esclarecer la situación de los desaparecidos. Además, prometió la recuperación de YPF, una política exterior independiente y reafirmó el reclamo por la soberanía de Malvinas.
La jornada culminó con Alfonsín recibiendo la banda presidencial y el bastón de mando en la Casa Rosada, mientras la Plaza de Mayo se desbordaba de celebrantes. Aunque la democracia había vuelto, el nuevo gobierno enfrentaba desafíos económicos heredados de la dictadura.
Este día marcó el inicio de un ciclo que perdura hasta hoy, con 40 años de gobiernos democráticos, recordando un pasado de lucha y celebrando un futuro de libertad y participación ciudadana
