El 21 de octubre de 1988 parecía una mañana normal en el barrio porteño de Caballito, pero lo que ocurrió ese día se convirtió en una de las tragedias más impactantes y absurdas de la historia.
Todo comenzó cuando “Cachy”, un caniche, se precipitó al vacío desde el balcón de un departamento ubicado en el piso 13. Lo que sucedió después fue una cadena de fatalidades que dejó a tres personas muertas de manera completamente inesperada.
La primera víctima fue Marta Fortunata Espina, quien caminaba tranquilamente por la calle cuando, de repente, el cuerpo del perro cayó sobre su cabeza, matándola al instante. La brutalidad del impacto dejó atónitos a los testigos que no podían creer lo que había pasado.
En ese mismo momento, Edith Sola, de 47 años, se apresuró a cruzar la calle para intentar socorrer a Marta, pero lo que no imaginaba era que un colectivo de la línea 55 la arrollaría en plena acción. Edith fue arrastrada varios metros por el vehículo, lo que le causó la muerte en el acto.
Para colmo, un hombre que presenciaba los terribles hechos no soportó la impresión de lo que veía y murió de un paro cardíaco fulminante, convirtiéndose en la tercera víctima de este día de horror.
Una mañana que comenzó tranquila se convirtió en un espectáculo macabro, marcado por una cadena de muertes que parecían sacadas de una película de terror.
