27 años sin Gilda: La voz inmortal de la música tropical que perdura en el tiempo

Francisco Díaz

Hoy se cumplen 27 años de la trágica muerte de Gilda, una de las figuras más queridas y carismáticas de la música tropical argentina.

El 7 de septiembre de 1996, en medio de una extensa gira, Gilda y su banda se dirigían a dar un concierto en Chajarí, Entre Ríos.

Cuando caía la tarde en el kilómetro 129 de la Ruta 12 un camión embistió de frente al micro en el que se trasladaba la artista y su banda. En el accidente murieron Gilda, el conductor del ómnibus, tres músicos, su hija y madre. Su hijo y su pareja sobrevivieron al choque.

En el lugar del accidente, donde quedó para siempre la carcasa del micro, se fue montando un santuario popular que se convirtió también en destino obligado para fanáticos.

Así, Gilda se fue transformando en una figura de tinte religioso. Imaginariamente beatificada y objeto de devoción popular. Sus fotos se llegaron a vender en la puerta de algunas iglesias y la gente le rezaba y le pedía bendiciones.

Gilda, cuyo nombre real era Miriam Alejandra Bianchi, se destacó por su estilo único y su capacidad para mezclar diferentes géneros musicales, creando una música contagiosa que resonó en todo el país y más allá de sus fronteras. Temas como “No me arrepiento de este amor” y “Fuiste” se convirtieron en himnos de generaciones enteras.

A pesar de su partida prematura, el legado de Gilda continúa vivo en la memoria de sus fanáticos. Su música sigue sonando en fiestas, eventos y su influencia perdura en la música tropical argentina.

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